En el primer semestre del año 2023 se retiraron en Málaga de las instalaciones de aguas residuales 537 toneladas de residuos sólidos, en su mayoría toallitas, generando ello problemas en las redes de saneamiento y en los ecosistemas marinos.

Las toallitas húmedas, no se desintegran bien en el agua, y se han convertido en un problema para la red interior de saneamiento no solo de las viviendas sino, en general, de las instalaciones públicas que posibilitan que las aguas fecales sean conducidas hasta las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR).

 El diseño de las tuberías está concebido para albergar sólo agua y, al arrojar materias sólidas como las toallitas, el sistema puede verse afectado debido a que el agua tropieza con los residuos sólidos, se atasca y discurre más lenta.

Además puede dejar inoperativas las depuradoras de la ciudad e incluso llegar a nuestros mares y océanos, siendo una amenaza para el ecosistema marino.

Los ciudadanos usan cada vez más toallitas húmedas de higiene íntima, desmaquillantes, limpiadoras para cristales, muebles, etc.

Pero al tirarlas al retrete, estas se convierten en gigantescos “monstruos” que acaban aflorando en la red de saneamiento.

Además, aunque en algunos envases se indique, no son biodegradables, ni desechables, al menos no totalmente, y si se acaban descomponiendo, no lo hacen en el tiempo que tardan en llegar a las estaciones de depuración.

Por ello, en la campaña que estamos trabajando en colaboración con la Empresa Municipal de Aguas (EMASA), y en la que están participando escuelas de adultos, institutos de educación secundaria y colegios de Málaga capital, estamos incidiendo en la concienciación de todos los malagueños, para que no tiren las toallitas al inodoro,  y limiten su uso, ya que suponen una amenaza para el medio ambiente.